El Área Metropolitana del Valle de Aburrá celebra un hecho extraordinario en el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de Fauna Silvestre: el nacimiento de una cría de marteja (Aotus griseimembra), resultado del proceso de recuperación, cuidado y monitoreo de dos primates nocturnos que llegaron por separado al centro en distintos momentos.
La historia comenzó en 2019, cuando una marteja hembra fue rescatada en vía pública en condiciones de deshidratación y con alteraciones óseas. Tres años más tarde, en abril de 2022, un macho ingresó al CAVR mediante entrega voluntaria, presentando una lesión leve en la cola. Aunque llegaron sin relación alguna, ambos ejemplares compartían una necesidad urgente: una segunda oportunidad para vivir.
«Gracias a nuestros protocolos de evaluación clínica, comportamental y genética, confirmamos que ambos pertenecían a la misma especie, lo que nos permitió iniciar una etapa de acercamientos controlados y bajo estricta supervisión de nuestro equipo técnico», explicó Andrés Gómez, supervisor del CAVR.
Con el tiempo, surgió un vínculo natural entre los dos animales. Y en mayo de 2025, la vida floreció: nació una cría saludable, que hoy representa un símbolo de resiliencia, conexión con la naturaleza y esperanza en los procesos de conservación.
Los tres individuos —padres y cría— se encuentran estables, bajo seguimiento biológico y en proceso de fortalecimiento con miras a su futura liberación como familia en su hábitat natural. Las martejas, únicas especies de primates nocturnos en América, cumplen un papel ecológico fundamental como dispersoras de semillas y consumidoras de insectos, ayudando al equilibrio de los bosques tropicales y funcionando como indicadores de la salud ambiental.
Sin embargo, enfrentan amenazas graves como la pérdida de hábitat, la expansión urbana y el tráfico ilegal, especialmente cuando son extraídas de su entorno para ser convertidas en mascotas. Esta historia, más allá de su belleza, es un llamado a la conciencia colectiva para respetar la vida silvestre y fortalecer la protección de nuestra biodiversidad.
«Cada historia como esta refuerza nuestra misión de cuidar, recuperar y liberar. Desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá reiteramos nuestro compromiso con el bienestar animal y la conservación del patrimonio natural de nuestro territorio», concluyó la entidad.