El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, a través del Sistema de Alerta Temprana (SIATA), monitorea en tiempo real los cambios en el río Aburrá-Medellín, utilizando 19 sensores de nivel y 10 de velocidad distribuidos desde el municipio de Caldas hasta Puente Gabino en Yolombó. Estos dispositivos emplean ondas electromagnéticas y ultrasonido para medir el nivel y la velocidad del caudal.
Además, algunos puntos críticos cuentan con cámaras de video que permiten vigilar el estado de las crecientes y posibles amenazas. La geografía de alta pendiente y la urbanización en la cuenca hacen que el río tenga una respuesta rápida ante eventos de lluvia. Según Esneider Zapata, líder de Hidrología del SIATA, «el nivel del río puede aumentar en minutos y su normalización puede tardar entre 6 y 8 horas».
El crecimiento urbano y su impacto en el río es una preocupación constante. Se monitorean las fluctuaciones del caudal para prevenir daños a los habitantes de las zonas cercanas, así como para identificar puntos críticos que podrían afectar la estabilidad de las obras civiles, viales y la movilidad en el territorio.
El río Aburrá-Medellín, que recorre 107 kilómetros y recibe el agua de 240 quebradas, ha sido incluido como eje central en el Plan de Gestión del Área Metropolitana, con el objetivo de continuar su conservación y mejorar su relación con los habitantes del valle.