Dos monos cariblancos rescatados del cautiverio evidencian el grave impacto del tráfico ilegal de fauna en el Valle de Aburrá


El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridad ambiental urbana de la región, informó que actualmente atiende en su Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de fauna silvestre a un mono cariblanco infantil (Cebus albifrons) que llegó con graves lesiones en la zona perianal, producto del uso prolongado de pañales humanos durante su permanencia en cautiverio.

El pequeño primate fue entregado en la Estación de Paso luego de haber permanecido cerca de cuatro meses en una vivienda, donde, según el relato de quienes lo entregaron, pasaba gran parte del tiempo sobre el lomo de un perro. Al ser evaluado por el equipo profesional del CAVR, se evidenció que el animal presentaba un estado nutricional deficiente, así como una severa irritación y heridas en la zona perianal, consecuencia directa de la acumulación de materia fecal bajo el pañal.

Su proceso de limpieza y curación ha sido doloroso, especialmente durante los primeros días; sin embargo, actualmente el mono se encuentra en observación en la sala de neonatos del Centro, donde recibe alimentación balanceada y tratamiento médico constante. Aunque su evolución es favorable, los especialistas insisten en que este no es el entorno donde debería estar, pues su hábitat natural es el bosque.

Desde el año pasado, el Área Metropolitana ha recibido 45 monos cariblancos, la mayoría de ellos en estado infantil o juvenil, lo que refleja la persistencia del tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre como “mascotas”.

A este caso se suma el de un mono capuchino (Cebus capucinus), también infantil, que fue entregado por ciudadanos luego de ser “rescatado” de personas que, presuntamente, le suministraban sustancias psicoactivas. Este es el octavo mono capuchino que ingresa al CAVR desde 2024. El ejemplar llegó en condiciones delicadas: muy nervioso, con el pelaje sucio y bajo peso. Debido a su corta edad y estado de salud, fue trasladado a la sala de neonatos, donde recibe atención especializada y acompañamiento permanente del equipo técnico.

Este tipo de primate no habita de forma natural en el Valle de Aburrá, lo que indica que proviene de otro ecosistema y fue víctima del tráfico ilegal. Los profesionales del CAVR señalan que, para que un individuo tan joven llegue al cautiverio, su madre probablemente fue asesinada para arrebatárselo, pues durante los primeros seis meses de vida las crías dependen completamente de ellas para alimentarse y sobrevivir.

El Área Metropolitana del Valle de Aburrá hizo un llamado contundente a la ciudadanía: no comprar, no tener y no promover la tenencia de animales silvestres como mascotas. Estos seres cumplen roles ecológicos esenciales en la naturaleza, y su presencia en los hogares no solo es ilegal, sino que causa un profundo daño físico y comportamental a los animales.