Corantioquia rinde homenaje a la Madre Tierra destacando comportamientos maternales en la fauna silvestre


En el marco de la conmemoración del mes de las madres y el reciente Día de la Madre celebrado en Colombia, Corantioquia ha rendido un sentido homenaje a la Madre Tierra, resaltando los diversos comportamientos maternales de las especies nativas que habitan los ecosistemas bajo su jurisdicción. La entidad ambiental subraya la importancia de proteger estos ecosistemas que no solo permiten la reproducción de la vida silvestre, sino que también proporcionan servicios vitales como agua, aire limpio, alimentos y medicinas naturales.

«La Pacha Mama se manifiesta en cada nacimiento de agua, bosque, especie que habita nuestro territorio. Corantioquia, como autoridad ambiental, busca proteger y preservar los ecosistemas del Departamento, nuestra Madre Tierra», expresó Liana María Taborda, directora de la Corporación.

Durante el último año, Corantioquia ha declarado 20 nuevas áreas protegidas regionales y ha fortalecido el diálogo de saberes con 65 comunidades étnicas e indígenas, integrando su conocimiento ancestral a los procesos de conservación de la biodiversidad en los 80 municipios bajo su jurisdicción.

La entidad también destacó ejemplos de comportamientos maternales únicos en la fauna silvestre. Entre ellos, la zarigüeya (Didelphis marsupialis), un mamífero marsupial cuya gestación dura apenas entre 12 y 14 días. Tras el nacimiento, las crías continúan su desarrollo dentro del marsupio materno durante casi 70 días, recibiendo alimento, calor y protección. Posteriormente, son transportadas en el lomo de la madre, quien les enseña habilidades de supervivencia.

En los reptiles, la babilla (Caiman crocodilus) demuestra otra estrategia fascinante. Las hembras construyen nidos cercanos al agua, donde incuban hasta 50 huevos. La temperatura del entorno determina el sexo de las crías: los huevos en la parte superior del nido, más cálida, tienden a desarrollar hembras; los más profundos, machos. Tras la eclosión, la madre protege activamente a las crías durante sus primeras semanas.

Por su parte, el águila andina (Spizaetus isidori), una especie de ave rapaz, presenta un comportamiento maternal basado en la cooperación entre ambos padres. La pareja se turna para incubar los huevos y alimentar a los polluelos, en una estrategia crucial para asegurar el éxito reproductivo en ambientes montañosos y desafiantes.

Corantioquia concluye que la diversidad y especialización de estos comportamientos maternales garantizan la supervivencia de las especies, al tiempo que reafirman la necesidad urgente de conservar los hábitats naturales. Cuidar de la Madre Tierra es, en última instancia, cuidar de la vida misma.