El regreso de la tigrilla lanuda a su hábitat natural es una noticia que llena de esperanza. Este felino es una de las joyas de la fauna silvestre colombiana, ha logrado superar una difícil travesía desde que llegó al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de fauna silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
“Este se convierte en el proceso de rehabilitación más importante del año en nuestro CAVR, la tigrilla llegó proveniente del municipio de Urrao con apenas cuatro meses de nacida y estado físico de deterioro”, puntualizó Paula Andrea Palacio Salazar, directora del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
El animal fue encontrado en octubre de 2023 por personal de Corpourabá en una vivienda en zona rural de Urrao, y fue traslada al CAVR. Su estado era crítico: letárgica, deshidratada, con como peso y un pelaje descuidado que reflejaba las consecuencias de no estar en su hábitat con sus padres.
En la sala de neonatos del CAVR, recibió una crianza asistida y artificial suministrando inicialmente un lactoreemplazador que suplía el balance de sus requerimientos nutricionales, donde aprendió no solo a alimentarse adecuadamente, sino también a asociar a los humanos como una amenaza, un paso clave para garantizar su independencia.
Durante más de siete meses, la tigrilla estuvo en un recinto aislado donde tuvo enrequecimientos físicos, sensoriales y nutricionales que le enseñaron a cazare identificar refugios, logrando que el animal incorporara las conductas que necesita para sobrevivir de manea autónoma en su ecosistema. Este arduo proceso permitió que triplicara su peso inicial y recuperara la vitalidad que la caracteriza como especie, gracias al trabajo de veterinarios, biólogos, zootecnistas y cuidadores del equipo del CAVR del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
El proceso de liberación se da gracias a la articulación entre entidades y marca un hito en los esfuerzos por la conservación de la fauna silvestre en la región.