El miedo a las serpientes, alimentado en gran parte por mitos, es una reacción común, pero contrario a la creencia popular, estos reptiles no atacan a menos que se sientan amenazados.
Existen cerca de 3.000 especies de serpientes en el mundo, de las cuales 272 habitan en Colombia. De estas, se estima que el 82% no poseen veneno letal para los humanos. Sin embargo, los accidentes ofídicos, es decir, mordeduras de serpientes, son un riesgo real debido a la interacción entre humanos y serpientes en áreas urbanas y rurales.
Las serpientes son animales solitarios y tímidos que prefieren evitar el contacto con los humanos. Su comportamiento es defensivo: primero intentarán camuflarse para no ser vistas, pero si una persona se acerca demasiado, pueden sentirse amenazadas y reaccionar para protegerse.
En el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAVR) del Área Metropolitana del Valle de Aburrá se han recibido más de 136 serpientes, entre ellas especies como la boa, la cazadora ratonera, la yaruma y la serpiente tropical, siendo estas tres últimas avistadas en los nueve municipios de la región y en el Distrito de Medellín.
Las mayores amenazas para las serpientes son la destrucción de su hábitat, la comercialización ilegal para el uso de su piel y los atropellamientos. «Las serpientes controlan la población de roedores y otros animales que pueden convertirse en plagas, lo que las convierte en aliadas del equilibrio ecológico al mantener la cadena alimentaria. Desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá hacemos un llamado a la comunidad a protegerlas y no maltratarlas», afirmó Andrés Gómez Higuita, supervisor del CAVR de fauna silvestre.
Gómez Higuita también destacó que la mayoría de los avistamientos o consultas recibidas en la línea de emergencias de fauna silvestre se deben a que las serpientes ingresan a casas o jardines. Los ciudadanos reciben indicaciones sobre cómo liberarlas de manera segura en zonas verdes cercanas, tomando las precauciones necesarias.