Gracias a un collar de rastreo colocado por el equipo CAVR del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en convenio con el Instituto Humboldt, se ha logrado obtener valiosa información sobre los movimientos y conductas de un puma que habita en la región. Este felino, el segundo más grande de Colombia, realiza recorridos de hasta siete kilómetros diarios en promedio, desplazándose entre el Valle de Aburrá y el Oriente Antioqueño.
Durante el último año, más de 5,000 datos han sido recopilados sobre este ejemplar, permitiendo a los biólogos comprender mejor sus patrones de desplazamiento.
Víctor Manuel Vélez Bedoya, biólogo de la Subdirección Ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, destacó la importancia de esta información para la conservación de la especie. «Estos datos nos permiten conocer los patrones de recorrido y, con la ayuda de un dron, revisar cuáles son los lugares donde el animal pasa más tiempo y qué actividades realiza: si se está alimentando, acicalando, apareándose o cuidando a otros individuos de su especie», explicó.
El puma ha sido avistado en cámaras trampa instaladas en las montañas del Valle de Aburrá, mostrando muy buenas condiciones físicas, lo que indica una excelente oferta de alimento en el corredor verde de la región. El collar satelital que envía coordenadas cada ocho horas permite monitorear sus rutas de desplazamiento, horarios de descanso y otras conductas esenciales para su conservación.
El proyecto de Telemetría, en conjunto entre el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y el Instituto Humboldt, utiliza tecnología GPS de alta precisión. Según Vélez, «esto es interesante porque en conjunto con otras autoridades ambientales, podemos planificar o declarar estas zonas como corredores puma».
El puma es un cazador nocturno que recorre grandes distancias cada día en busca de alimento, demostrando su adaptabilidad y dominio en su hábitat natural. Desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, se continuará el rastreo de esta y otras especies de fauna silvestre, avanzando en programas como el Plan Siembra, con el objetivo de preservar los corredores biológicos en la región.
