Durante el mes de junio, la calidad del aire en la región metropolitana alcanzó niveles sin precedentes en lo que va del año 2024, según informes de la red de monitoreo ambiental. Este resultado se debe en gran medida a la reducción de incendios forestales y a las lluvias frecuentes que caracterizan esta época del año.
Históricamente, la red de monitoreo ha registrado que la calidad del aire en la región varía entre buena (índice color verde) y aceptable (índice color amarillo) durante la mayor parte del año. Sin embargo, en junio, las condiciones atmosféricas han sido particularmente beneficiosas. Las lluvias nocturnas, comunes entre mayo y agosto, ayudan significativamente a la remoción de contaminantes como material particulado PM10 y PM2.5, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre, ruido ambiental, y ozono, entre otros.
Un factor clave en la mejora de la calidad del aire ha sido la menor incidencia de incendios forestales durante la mitad del año. Estos incendios suelen afectar gravemente la calidad del aire, especialmente en las estaciones de transición entre verano e invierno.
El fin de semana del 15 al 16 de junio se registraron los mejores índices de calidad del aire (ICA) del 2024 hasta la fecha. Este notable logro subraya la importancia de las condiciones meteorológicas y las prácticas ambientales en la mejora de la calidad del aire.
Los datos históricos también indican dos periodos críticos en los que la calidad del aire tiende a deteriorarse: entre febrero y abril, y entre septiembre y octubre. Estos episodios requieren un mayor compromiso tanto de las instituciones como de la ciudadanía para mitigar los efectos negativos.
En resumen, junio ha sido un mes excepcional para la calidad del aire en la región metropolitana, gracias a factores naturales y esfuerzos colectivos. Continuar con estas prácticas y compromisos será vital para mantener y mejorar estos estándares en el futuro.
